Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


Fuga de Bernardo Soares, según Pessoa

 


La última vez que estuve con Bernardo Soares fue en la terraza de su café. Era octubre pero hacía una temperatura amable y equilibrada que solo Lisboa puede proporcionar en esas fechas. Para mayor suerte  los días eran de una claridad transoceánica. El estuario sabe a mar me decía. La mirada llega al otro continente, aventuré a mi acompañante un día desde la elevación de Santa Catarina. 

Pero mis charlas más sustanciosas eran con Bernardo disfrazado de Fernando. En realidad eran confesiones desasosegantes, para él, pero que me transmitía a mí. Me llamó la atención en especial esta: "Todo se me evapora. Mi vida entera, mis recuerdos, mi imaginación y lo que ella contiene, mi personalidad, todo se me evapora. Continuamente siento que fui otro, que sentí como otro, que pensé como otro. Aquello a lo que asisto es un espectáculo con otro escenario. Y aquello a lo que asisto soy yo mismo".

No sé si le reconocí que me sucedía un poco lo mismo. Pero que las evaporaciones del otro que había sido abrían la puerta a un otro yo que no podía haber conocido antes. Y que me seguía interpretando mientras yo interpretaba mi papel. Bernardo me hizo siempre pensar. Las agudas palabras ajenas como revulsivo o incentivo.


Sem comentários:

Enviar um comentário