Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


Fuga del paisaje sabroso


 

Hay paisajes de larga distancia y paisajes de proximidad. Un paisaje no tiene por qué ser solo el ámbito que percibimos con perspectiva amplia y extensa. Puede ser el que tenemos ante nosotros cada mañana. Los ojos comen tanto como nuestro paladar. Podría decirse que este suele ser conducido por la mirada, sin desdeñar ese otro gran medidor llamado olfato. 

Sin un paisaje sabroso que satisfaga al apetito no es posible contemplar con esperanza y gratitud el día que comienza. Hay quien pone la radio o lee la prensa o se enreda en los whatsapp mientras el alimento es rutina o se obvia. La primera información de la mañana deben tenerla el estómago y los intestinos. Uno tiene mejor disposición hacia las cuitas y los sinsabores que estén por llegar en el transcurso de las horas. Yo diría que incluso predispone a una más ecuánime percepción de la realidad y fomenta la bonhomía colaborativa.

Me dispongo a dar fe de ello con un pan de cantero del día anterior bien pringado de tomate y aceite y un jamón exquisito. Estas son algunas de mis banderas.



2 comentários:

  1. Pues es un señor desayuno, no empiezas nada mal el día. Yo soy un tanto atípica, a primera hora me tomo un café con leche oscuro, que trato de degustar en paz y en silencio, y hasta media mañana que me entra el hambre (e igual acabo con algo similar a tu desayuno) no como nada.

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