Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


Fuga testamentaria de Marlen Haushofer




Leo que la escritora austríaca Marlen Haushofer, acuciada ya por el mal irreversible, dejó una especie de testamento literario (¿no es también un testamento vital, acaso más vital que uno ordinario?) donde decía (se decía a sí misma):

"No te preocupes. Has visto demasiado y demasiado poco, como todas las personas que existieron antes que tú. Has llorado demasiado, o quizá demasiado poco, como todas las personas que existieron antes que tú. Quizá has amado y odiado excesivamente, aunque ni durante muchos años (unos veinte, más o menos) Pero ¿qué significan veinte años? Después, una porción de tu ser estaba muerta, exactamente igual a como les sucede a todas las personas que han dejado de poder amar u odiar".

El estilo literario no es ni sucedáneo ni subsidiario del pensamiento propio. y menos cuando se ve venir el fin. Sus palabras son una síntesis, un guiño sin duda a la experiencia del vivir que sabe que se apaga. Hay dos cosas que me llaman la atención. Que la ausencia de uno mismo, el abandono -esas gentes que viven en nuestro entorno que no saben ni pueden. o una de las dos situaciones, ni odiar ni amar- es la consumación, la forma más terrible de alienación,  por muchos años que su naturaleza les permita vivir. Y otra perla de ese texto más allá de lo escéptico: la ratificación de la normalidad, la asunción de una vida siguiendo un orden hacia la nada, lo que les pasa ¿a todos? los vivientes: 

"No te preocupes, todo habrá sido en vano, como en el caso de todos los que existieron antes que tú. Una historia absolutamente normal".


Nota a pie de mi página: Recuperar la lectura de una escritora a medio descubrir, dura, sí, pero necesaria para fortalecernos. ¿Fortalecernos para comprender? ¿Comprender para hacernos más fuertes? No habrá sido vano intentarlo.

1 comentário:

  1. decía Vinyoli: La muerte es puramente, un cambio más.


    Vindrá la mort i els ulls m’arrencarà:
    veuré llavors un altre firmament.
    La finitud és un vaixell varat,
    l’hortalissa que menjo no té cucs,
    el silenci m’impregna de clarors.
    La mort és purament un canvi més.


    Me cuesta mucho traducir la poesia, quizás porqué al traducir lo que se pierde és... la poesia.

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