En cada copo que va cayendo me parece estar viendo un don de otro planeta. Bendición. Si hay una luz ciega, ésa es la nieve. El color blanco cuando domina resulta soso. Cuando lo ocupa todo es la perdición: el cuadro se descompone. Por simplificación. Por desplazamiento de los demás colores. En su ambición quiere ser la belleza cromática por excelencia. Su día -en otras partes su mes o incluso su estación- de gloria. Juega con el factor de la excepción y de la sorpresa, es decir con nuestra psicología de zapatillas. Avanza su modo de manifestarse ocasional. Cuando penetren los copos en el subsuelo no solo encontrarán a los muertos abatidos formando estratos. Se unirán a las aguas de la fortuna. Encontrarán su razón de ser y ya no recordarán que una vez fueron levedad, simple caída, un hermoso ukiyo-e en su acción de lentitud.