Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


Fuga del chapoteo




Fue al oír el chapoteo cuando giré la cabeza. No va conmigo, pensé. La corriente se llevaba las últimas luces de la noche. Todo va contigo, escuché muy dentro. No puede ser. Tanta afectación te perjudica. Oyes chapoteos, el roce de cualquier movimiento, incluso las voces minúsculas te alteran. Y las ideas transcurriendo discretas o ruidosas, a saltos o en zapatillas. Buscando un espacio adecuado para asentarse siquiera provisionalmente. Hasta que otra idea superior o simplemente novedosa pronuncie su nombre y las remita a otra estancia. Tus ideas no hacen fila nunca, oí decir aquí dentro. Sólo deambulan. A veces vagan. Frecuentemente juegan al tres en raya. Siempre te incordian.