Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


El niño y las estatuas




Hubo una vez un tiempo en que el niño dialogaba con las estatuas.

Lo hacía a escondidas. Preguntaba a aquellas vestales y estas le devolvían la sonrisa que garantizaba su inocencia y que no quisieran perder nunca. Tampoco querían perder la curiosidad, como el niño.

De lo que hablasen las estatuas y el pequeño nada se ha sabido. Tal vez él decida algún día, aunque sea muy viejo, contarlo. Pero, ¿acaso podrá revelar los secretos que intercambiaron en sus confidencias? 

Y además, ¿quién comprenderá la complicidad de un niño con otros mundos?


2 comentários:

  1. De lo que hablaban, nunca sabremos nada. Aquellas palabras han quedado en la memoria del muchacho, seguro que son huellas indelebles de belleza.
    Salud

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    1. Aquel muchacho que dialogaba con las estatuas tal vez sigue inquiriéndolas en su edad provecta.

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