Circula estos días una cita del Quijote muy oportuna:
"...Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca".
Quien la haya puesto en circulación la cita -viene en el capítulo XVIII del Quijote- y quienes la reproduzcan por las redes sociales tienen la mejor intención del mundo indudablemente. Lo primero que transmite es esperanza para unos tiempos inciertos y, puesto que Don Quijote y Sancho Panza no podían prever nuestro tiempo, y apenas lo lograban sobre el suyo, sí al menos extraían conclusiones empíricas.
Hoy, los agoreros -que los hay de toda clase, condición, oficio, partido y siniestralidad- no dejan de repetirnos que las desdichas abundan e incluso que las desgracias no vienen nunca solas, dejando a la tropa que se había acostumbrado a vivir en la bonanza en la incertidumbre más negra.
Pero más allá del saber que proporciona la experiencia -la advertencia de Alonso Quijano a Sancho es un magnífico corolario- el autor Cervantes pone por delante otra frase que las redes sociales obvian y que me parece muy significativa:
"Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro".
Y esta es la parte racionalista que Cervantes pone en boca del loco cuerdo. La importancia del hacer y del valor que tienen las cosas que las personas hacen de manera constructiva. En estos días en que tantos humanos se esfuerzan por salir del atolladero y en que otros solo saben aportar palabras e informaciones de discordia, cuando no están negando apoyo, resulta muy oportuno y conciliador -si se quiere ver así- la lectura de Don Quijote de la Mancha. Aún sirve para aprender. Y mucho.
Sem comentários:
Enviar um comentário