Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


Fuga de la libertad de Derrida




Frescura del pensamiento y del lenguaje de Jacques Derrida:


"...No es seguro que queramos ser libres. Usted ha vinculado la libertad a la esperanza, como si lo que deseáramos por encima de todo fuera ser libres. No es nada seguro. Yo, por ejemplo, no estoy seguro de querer ser libre, es decir, desapegado. También tengo ganas de estar ligado, de ser requerido, y no solo libre. Evidentemente, el vínculo, el verdadero vínculo, se toma libremente.

Cuando pienso en la palabra libertad y me interrogo por su genealogía, de dónde viene, tengo la impresión de que la libertad es política, es democracia libre. Pero a la vez quiero ser libre con una libertad que no sea solo como ciudadano. Quiero ser libre al relacionarme, sin pasar por la libertad política; tener un pensamiento de libertad que no requiera hablar de libertad. Libertad en un poema, en un espacio literario, en una mirada, en la percepción. Libertad de vivir, percibir, disfrutar, antes de que esa libertad se transforme en un un asunto político, de derecho. Es la posibilidad para el ciudadano que vive en un espacio de libertad cívica: poder reservar un espacio que no esté saturado por lo político".


Desapego: ¿objetivo final del humano? Vínculo: ¿necesidad de testigos, de solicitud desde los otros? Buscar -no solo anhelar- la libertad más allá de lo político -un marco siempre fijado y circunscrito a unas reglas de juego- que es posible y acaso, siquiera parcialmente, alcanzable. Buscar la libertad del pensamiento, de la expresión, de la formulación explícita de los sueños. Márgenes, rincones, subterráneos, islas...Derrida los señala. No andaba yo muy perdido en tales búsquedas.


La cita es de un libro que recoge entrevistas varias y que se titula "No escribo sin luz artificial", publicado por Cuatro Ediciones en 1999. Imprescindible y muy accesible para quien desee acercarse al filósofo por primera vez o una vez más.



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