Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


Un pensamiento de García Márquez en El amor en los tiempos del cólera




¿Se nace de una vez para siempre? ¿Todo es tan simple como un recorrido de arco entre dos puntos opuestos que se niegan a sí mismos? ¿Cuántas posibilidades y modos de vivir tiene un humano? ¿O es un juego de hacerse y deshacerse el objetivo de ese perseguir la vida a cualquier costa? Errores, tropiezos, equivocaciones, despistes, abandonos, malas decisiones o peores elecciones...Sea cual sea la situación quebradiza por la que un hombre atraviesa su tiempo el impulso de regenerarse no para. Un párrafo que arroja luz:

"El tío estaba resentido con él por la manera como malbarató el buen empleo de telegrafista en la Villa de Leyva, pero se dejó llevar por su convicción de que los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga otra vez y muchas veces a parirse a sí mismos". Gabriel García Márquez en El amor en los tiempos del cólera.

Más allá o más acá de nuestra madre ¿quién dijo que no estábamos dotados de una sorprendente capacidad de autopoiesis que nos permite tener sucesivos nacimientos como respuesta a los avatares destructivos de la vida? Entiéndase la extensión del término nacimiento; nómbrese, si se quiere, como renacimiento.


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