Las ciudades no pueden existir al margen de la historia. No se libran de las revueltas, de los períodos más apacibles, de las transformaciones, de las frustraciones. Son reflejo más bien de todo lo que acontece en un país, de lo que padecen quienes lo habitan. Y sin embargo también son islas donde apartarse, Esto hago de mi barrio, un abrigo contra la intemperie desabrida que nos acecha. Eran reflexiones tuyas. ¿Y yo qué soy?, te pregunté provocadoramente. Gece, respondiste en tu idioma, noche que me prepara para el día. Fue una respuesta tan extraña como de libre interpretación.
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