Podría ser tu abuelo, podría ser tu padre, podrías ser tú.
Aquella madurez repentina, negando a duras penas el rostro del niño que va quedando atrás. El aire de adulto que se va instalando. Un traje adaptado al cuerpo aún frágil, el chaleco que asoma como identidad de funcionario, el nudo de corbata windsor. Y esa seguridad aparente de una mano ligeramente apoyada en una baranda interrumpida.
Pose y porte. ¿Qué pesa más? Dispuesta severidad para un inicio de etapa. Se intuye la rueda de la vida que vendrá después atravesando etapas. Podrías haber sido, como lo fue tu padre o se acercó tu abuelo, el hombre cabal de toda una época fenecida.