Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


Fuga del despilfarro




Uno de esos días en que te das cuenta de algo que aprecias mucho. Que de perder el tiempo te gusta perderlo a tu manera. Cuando ocupas el tiempo en lo obligado y forzoso como una imposición externa, sientes en vertical y de arriba abajo el goteo de la bilis. Capricho, pero derecho: querer ser dueño de tu propio tiempo, aunque sea para el despilfarro. Ya ajustarás cuenta contigo mismo. Te lo dices, te lo repites.