Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


Fuga de la cencellada




La madrugada tan fría, la cencellada cubriendo los jardines. A través de las tapas de registro parecían emitirse voces de extraños habitantes del subsuelo. Difícil interpretarlas. ¿Pedían ayuda? Si era así, ¿qué seres recababan la atención del paseante?  La escarcha crujió bajo mis pies. Allá abajo resonaron mis pisadas como redoble de tambor. Callaron las voces.