Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


Clave de la escritura de Kenko Yoshida




Clave sincera de Kenko Yoshida en sus Tsurezuregusa: "En medio del ocio, en este océano de paz, paso los días inclinado sobre el tintero, tratando de recoger en el papel las descabelladas ocurrencia que cruzan por mi mente. Yo mismo me he quedado sorprendido de tantos desatinos". ¿Será el desacierto un punto de partida de la escritura? ¿O acaso el error o el despropósito o la barbaridad expresiva? ¿Podría considerarse la relajación de comportamientos y el apartamiento de quehaceres un estado adecuado para ahondar en una mina de pensamientos? ¿Se puede escribir más por intuición que por acumulación de conocimientos? ¿Es la ociosidad un puesto de observación no comprometido de los acontecimientos? Tantas preguntas surgen cuando lees al monje. Tituló su obra literaria como Ocurrencias de un ocioso, pero no es fácil saber si Yoshida se calificó de ocioso por modestia y estoicismo,  o fue una trata de estilo, para sorprender y predisponer al lector.

Cultura diferente, tiempo lejano, espacio geográfico distante no son motivos para no entender lo que comenta Yoshida. ¡Recuerda tanto a nuestros clásicos grecorromanos! Y a alguno más del acervo hispano. 




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