Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


Fuga natural





Al hombre en fuga le divierten los sueños naturales. No los procurados mediante ansiolíticos ni relajantes ni morfinas ni psicofármacos complejos, sino los  inducidos por el cansancio natural. Lo que libera el cerebro en un sueño inducido naturalmente suele ser espectacular y con efecto de regocijo. Por más que busca al despertar la explicación de por qué aparece tal personaje o tal otra escena no encuentra respuesta inmediata. La otra noche al hombre de la fuga se le apareció en un diálogo callejero un antiguo compañero de estudios, hoy día ya fallecido, cuyo trato se remontaría a décadas. Pero ese compañero aparecía jovial como siempre  -como entonces-  y la conversación fluida y amena compensaba. Costaba creer, al despertar, que aquel personaje solo había pasado por el sueño y sin mayor exigencia. Cómo se ha reído el hombre al abrir los ojos tras ese sueño, ya digo, natural.