Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


Fuga de la bicicleta




Viendo ayer por la noche la bicicleta de Wadjda pensé en mi bicicleta de niño a su misma edad. La misma ilusión, el mismo empeño, idéntica fantasía. Una diferencia fundamental: el esfuerzo y la inteligencia superior de Wadjda para lograr su bicicleta verde nueva, mientras en mi caso la heredé y ya usada. Creo que ambos haríamos unos buenos recorridos de encontrarnos en el tiempo y en el espacio, pues la bicicleta también era la excusa para afianzarnos. Una diferencia fundamental. Si bien el país de mi infancia también era de rigor totalitario y la religión pesaba tan atroz, al menos yo no era mujer. Y menos mujer en Arabia. Por un momento yo quise ser el niño amigo de la niña y sus propuestas de futuro, pero ella lo tenía tan claro con diez años...La bicicleta verde de Wadjda: cuando una bicicleta no es solo el pedaleo del juego sino el pedaleo contra la condición sojuzgada, indigna, de la mujer. Pocas veces me he conmovido con tanta alegría.