Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


Fuga de la noticia





Una voz urgente, recóndita: si el enfado neurótico te distrae del buen vivir, ignora los acontecimientos. Al fin y al cabo ellos van a seguir su ritmo a través de vericuetos turbios. No te necesitan. Mejor harías en sentarte a la orilla de un riachuelo o en perderte dentro de un parque donde no llegue eso denominado noticia. Al fin y al cabo no hay noticia buena ni mala, solo existe un a modo de parece que dice, ambivalente, dual, que cambia de faz pero no de fondo. Tú te mereces la distancia, incluso el alejamiento más amplio. No perjudiques tus propios pasos con las obscenas pisadas de los intereses escabrosos que no te tendrán en cuenta jamás. Salvo para exigirte como contribuyente. Ahí hay un margen que tienes que proteger,  y donde deberías pertrecharte.