Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


Dialogando






Hay días que al levantarse pregunta a su espejo:
¿No te importa que alimentemos sueños? 
Su espejo responde:
No, si en ellos nos sentimos bien.
Él insiste:
Lo que sembremos, si germina, serán sueños y más sueños.
Su espejo:
Si el fruto es agradable y nos compensa, nutrámoslos.
No cede en su argumentación:
Tal vez no pasen nunca de ahí. Nunca.
Su espejo, que no en balde es su otro lado:
Mientras duren nos habremos consolado los dos
y habremos paliado nuestras carencias.
Él asiente. 
Él espejo contempla.