Repta y huye hacia la luz, lector, no hay otra salida.


Modo imperativo




No digas: no escribo porque no tengo un paisaje delante, un rostro que me mire, un desquite que me azuce, un aroma que me transporte, un deseo que me reclame.  Más bien di: escribo para suscitar una pasión, para recrear un olor, para renovar una pulsión, para imaginar una mirada, para rescatar una parcela de naturaleza...