anhelamos que las mañanas nos traigan
luz
la sucesión de esos días grises de ahí fuera
sería menos hiriente
si aquí tú y yo nos deseáramos
sin miedo
a transgredir el tiempo perdido
aunque el deseo nos resulte tan cegador
que nos haga caer
fulminados
bajo el peso maldito
de esta cuenta pendiente que nos devora